Alfredo di Stéfano
(Buenos Aires, 1926) Futbolista argentino, sin duda el mejor de la década de los cincuenta; se le considera entre los cuatro mejores de la historia, junto a Pelé, Cruyff y Maradona. Ya había sido campeón de Argentina en el River Plate y siete veces internacional con la selección de su país cuando fue fichado por el Real Madrid, en 1953, tras una polémica disputa con el Fútbol Club Barcelona. Antes de llegar a España había jugado en el Millonarios de Bogotá de Colombia.
Durante los 11 años que se alineó en el Real Madrid logró una Copa intercontinental, cinco Copas de Europa, ocho campeonatos de Liga y uno de Copa. Jugó 510 encuentros y logró 418 goles. Fue cinco veces máximo goleador de la Liga española. Con la selección española disputó 31 partidos y fue el máximo goleador hasta que Emilio Butragueño superó su récord de 22 goles. La saeta rubia, como se le conocía, recibió el Balón de Oro como mejor jugador europeo en 1957 y 1959.
Tras abandonar el Real Madrid, en 1962 fichó por el R.C.D. Español de Barcelona, donde puso fin a su carrera en activo. La aspereza de su carácter fue a veces inconveniente en su faceta de entrenador. Pese a ello, obtuvo media docena de títulos (Boca Juniors, Valencia, River Plate) y dirigió equipos diversos, algunos tan modestos como el Rayo o el Elche.MADRID - Alfredo Di Stéfano, presidente de honor del Real Madrid, al que llevó como jugador a las máxima cotas deportivas y considerado como uno de los más importantes futbolistas de la historia, festeja su 86 cumpleaños con la satisfacción del triunfo de "La Roja" en la Eurocopa 2012.
Apodado "La Sae
ta Rubia", sigue manifestando su gusto por un fútbol del que siempre afirma "se juega" y "no se trabaja", volviendo a rendir homenaje a lo que siempre ha considerado lo más importante: el balón.

Al fútbol siempre le rindió gratitud por cuanto le ha dado. No en vano desde hace muchos años en el jardín de su domicilio madrileño le rinde su particular homenaje con la presencia de la escultura de un balón y una frase muy peculiar: "Gracias, vieja".
La dedicatoria va tanto al balón como a su madre. "A la vieja, que me hizo nacer, y a la pelota, que me hizo crecer", como reconoció Di Stéfano a la revista argentina "El Gráfico" en 2008.
Nacido en Argentina, el 4 de julio de 1926, en el popular barrio de Barrancas, Di Stéfano fue el revulsivo de un Real Madrid que hasta su llegada tan sólo había conquistado dos ligas y que, sobre todo gracias a su aportación, fue declarado por la FIFA como "Mejor Club del Siglo XX". Y también el precursor del "jugador total".
Antes había brillado en el argentino River Plate (conquistó dos ligas nacionales, 1945, 47) y con el colombiano Millonarios (tres ligas, 1949, 51, 52; y una Copa Colombia, 1953). Se convirtió en el objeto del deseo de los dos grandes de España: Barcelona y Real Madrid.
Así, su fichaje por el Real Madrid, que se entusiasmó de él tras verle en 1952, cuando acudió con el Millonarios al Torneo Bodas de Oro del club blanco, estuvo precedido de una ardua disputa con el Barcelona.
Los derechos deportivos de Di Stéfano se los repartían el River y el Millonarios, donde había ido a jugar por una huelga general que paralizó el fútbol argentino. Barcelona y Real Madrid negociaron su fichaje cada uno con un club distinto.
Tuvo que intervenir la Federación Española, que dictó un fallo que contemplaba que Di Stéfano debía jugar, de forma alternativa, dos temporadas en el Real Madrid y dos en el Barcelona. No estuvo conforme el club barcelonés -su presidente Enric Martí dimitió de su cargo en señal de protesta- y su comisión gestora renunció a los derechos sobre el jugador en favor de la entidad madrileña.
El club madridista, presidido por Santiago Bernabéu, tras pagar al Barcelona el dinero que había ya abonado al River y hacerse cargo de toda la cantidad restante del traspaso, se hizo con los derechos de un jugador que iba a cambiar su destino.
Di Stéfano llegó al Real Madrid en 1953. Disputó su primer encuentro oficial como madridista el 23 de septiembre de ese año, cayendo ante el francés Nancy (4-2).
Ocho campeonato ligueros españoles (1953-54, 54-55, 56-57, 57-58, 60-61, 61-62, 62-63, 63-64), una Copa del España (1961-62), cinco Copas de Europa (1956, 57, 58, 59, 60), una Copa Intercontinental (1960), dos Copas Latinas (1955, 57) y una "Pequeña Copa del Mundo", son los títulos logrados por el Real Madrid con Di Stéfano.
Entres los títulos individuales, Di Stéfano ostenta en cinco ocasiones el de máximo goleador del campeonato liguero español (1953-54, 55-56, 56-57, 57-58, 58-59).
Fue el precursor del "futbolista total": técnica, toque, potencia física, gran sentido táctico y mucho genio.
Ganó dos veces el "Balón de Oro" (1957, 59) y fue en una ocasión "Balón de Plata" (1956). En 1989, con motivo del XXX Aniversario de la revista "France Football", recibió el "Super Balón de Oro", que le acreditaba como el mejor jugador de esas tres últimas décadas.
Se nacionalizó español en 1957 y debutó con la selección el 30 de enero (ante Holanda, 5-1, con tres goles suyos).

La importancia y carisma de Di Stéfano como futbolista lo refleja la anécdota que hace años contó a EFE otro mito argentino del fútbol, el ya fallecido Omar Sivori. Aconteció en un enfrentamiento Real Madrid-Juventus Turín, de octavos de final de la VII Copa de Europa 1961-62, donde "La Saeta Rubia" obligó a que el rival cambiará de uniforme al descanso.
Era el Real Madrid de Di Stéfano y el Juventus de Sivori, los dos grandes del momento. En la ida, el 14 de febrero de 1962, el Real Madrid se había impuesto en el viejo estadio "Comunale" de Turín, con gol (m.79) de "La Saeta Rubia".
En la vuelta, el 21 de febrero de 1962, en el madrileño estadio Santiago Bernabéu, el Real Madrid se presentó con su tradicional uniforme blanco, mientras que el Juventus abandonó el suyo a rayas verticales blancas y negras, luciendo uno de color totalmente negro. Un uniforme que coincidía con los que entonces llevaba los colegiados y jueces de línea.
Esta coincidencia llevó en más de una ocasión al equívoco a los jugadores madridistas, pues en el descanso (0-1, en el marcador, con gol del juventino Omar Sivori, minuto 38), Di Stefano acudió al vestuario del árbitro (el francés Guigue) con el segundo uniforme madridista, de color violeta, y le dijo al colegiado que si el Juventus no se lo ponía, el Real Madrid no saltaría al campo en la segunda mitad.
El colegiado accedió a la solicitud de Di Stéfano y obligó al Juventus a saltar con el uniforme violeta. Una anécdota contada por Sivori para destacar la importancia de su amigo-rival.
En la etapa madridista de Di Stéfano también hay lugar para la tristeza, afortunadamente resuelta satisfactoriamente. El 20 de agosto de 1963, cuando estaba en Caracas con el Real Madrid para la disputa de la Pequeña Copa del Mundo de Clubes, fue secuestrado por integrantes del Frente de Liberación Nacional de Venezuela, que se hicieron pasar por policías y le sacaron del hotel de concentración.
Era un acto de protesta contra el gobierno de Venezuela y, pasados tres días, dejaron en libertad a Di Stéfano.
"La Saeta" se fue del Real Madrid en 1964, con 38 años, tras la disputa de la perdida final de la Copa de Europa, dejando atrás 510 partidos oficiales (418 tantos). Fichó por el RCD Español, donde jugó hasta 1966, y se retiró. Con la selección española jugó 31 encuentros (23 goles).
Volvió al Real Madrid como entrenador en 1982, tras dirigir al Elche (1967), Boca Juniors (1968), Rayo Vallecano (1975), Castellón (1976), River Plate (1981) y Valencia (1970-74, 79-80, 86-88).
Logró con el Valencia la liga (1981) y la Recopa de Europa (1980); con el Real Madrid la Supercopa de España (1991); con el Boca y con el River un campeonato nacional.
En 2000, la junta directiva del Real Madrid bajo la presidencia de Florentino Pérez, le nombró presidente de honor del Real Madrid.
Hoy cumple 86 años, tres días después de que "La Roja" alzase la Eurocopa 2012. Un equipo que no duda en calificar "prácticamente el mejor" que ha visto.

Di Stéfano nació el 4 de julio de 1926 en el barrio de Barracas, donde estaba el puerto de Buenos Aires. Por ahí los marinos ingleses entraron el fútbol en Argentina. Su abuelo Miguel fue el primer Di Stéfano que llegó al país, procedente de Capri. Su padre, Alfredo, se casó con Eulalia Laulhé Gilmont, de descendencia francesa e irlandesa. Tuvieron tres hijos, Alfredo, Tulio (que jugaba de interior izquierda) y Norma (fue jugadora de baloncesto).
'Estopita' (apodo que le puso su abuelo, por las antiguas fregonas amarillas que se usaban en los barcos) creció jugando con los chicos del barrio en terrenos baldíos, en 'la academia de la calle', con pelotas de goma que costaban dos centavos. Su primer equipo organizado se llamaba 'Unidos y Venceremos', antes de trasladarse al barrio de Flores, donde jugaría en el 'Imán'. Su primer apodo futbolístico fue 'Minellita', ideado por Minella, un mediocentro rubio que jugaba en River.
En 1940, la familia se trasladó a Los Cardales, en las afueras de Buenos Aires. Su padre era asentador de cereales y trabajaba en el campo. Alfredo dejó los estudios y comenzó a trabajar para ayudar en la economía familiar. Ése hubiera sido su futuro… de no haber seguido la estela del fútbol, una llama que, afortunadamente, tenía profundamente instalada en su corazón. El fútbol era una pasión irrefrenable. Los domingos jugaba con su hermano Tulio en una liga interpueblos y por la tarde iba con su padre a ver a River Plate, equipo del que era socio desde los siete años. Su juego asombra y su talento no pasa inadvertido. En 1944 hizo una prueba con River y rápidamente le aceptaron.
Debut en el River
'Estopita' (apodo que le puso su abuelo, por las antiguas fregonas amarillas que se usaban en los barcos) creció jugando con los chicos del barrio en terrenos baldíos, en 'la academia de la calle', con pelotas de goma que costaban dos centavos. Su primer equipo organizado se llamaba 'Unidos y Venceremos', antes de trasladarse al barrio de Flores, donde jugaría en el 'Imán'. Su primer apodo futbolístico fue 'Minellita', ideado por Minella, un mediocentro rubio que jugaba en River.
En 1940, la familia se trasladó a Los Cardales, en las afueras de Buenos Aires. Su padre era asentador de cereales y trabajaba en el campo. Alfredo dejó los estudios y comenzó a trabajar para ayudar en la economía familiar. Ése hubiera sido su futuro… de no haber seguido la estela del fútbol, una llama que, afortunadamente, tenía profundamente instalada en su corazón. El fútbol era una pasión irrefrenable. Los domingos jugaba con su hermano Tulio en una liga interpueblos y por la tarde iba con su padre a ver a River Plate, equipo del que era socio desde los siete años. Su juego asombra y su talento no pasa inadvertido. En 1944 hizo una prueba con River y rápidamente le aceptaron.
Debut en el River
Comenzó con 18 años en la Cuarta Categoría, de ahí ascendió a la Tercera y luego a la Primera División. Debutó en 1945 ante Huracán, equipo en el que un año después jugaría cedido. Allí sus técnicos ya adviertieron que están ante un futbolista excepcional. En 1947 regresó a River, con el que se proclamaría campeón y máximo goleador. Ese año debutó con la Selección Argentina que ganó el Campeonato Sudamericano de Guayaquil (Ecuador), en el que anotó seis goles. Pronto le bautizarían con el sobrenombre de 'La Saeta Rubia' por la explosiva velocidad que imprimía a su juego (“Socorro, socorro, que viene ‘La Saeta’ con su propulsión a chorro”, coreaban en la grada). Aquel equipo pasó a la historia como 'La Máquina' (antes también llamado 'Los Caballeros de la Angustia') y estaba formado por los Soriano, Muñoz, Moreno, Labruna, Pedernera, Loustau… A su lado aprendió a jugar en todas las demarcaciones, incluso de portero (quince minutos al lesionarse Carrizo en un derbi ante Boca Juniors). En el campeonato argentino jugó 66 partidos y marcó 49 goles.
Triunfo en Colombia
Una huelga general paralizó el fútbol argentino y Di Stéfano fichó por el Millonarios de Bogotá, el mejor equipo de Colombia. Era una auténtica selección mundial, donde coincidió con grandes jugadores como Rossi, Báez o Pedernera. Los éxitos deportivos de aquel 'Ballet Azul' traspasaron fronteras. Con este equipo jugó 294 partidos y marcó 267 goles. En 1952 jugó por primera vez en España, en Chamartín, con motivo del torneo que conmemoraba el 50 Aniversario del Club. Ese día enamoró al madridismo, un flechazo que muy pronto llegaría a concretarse.
Llega al Real Madrid, nace el mito
Llega al Real Madrid, nace el mito
El sueño del madridismo se vio cumplido en 1953, cuando el Real Madrid consiguió fichar al mejor futbolista del momento tras una larga disputa con el Barcelona, club que también pujaba por sus servicios. Debutó el 23 de septiembre de 1953 ante el Nancy francés. Sería el primero de los 510 partidos que disputó con el Real Madrid, en los que marcó 418 goles. Con el conjunto blanco ganó ocho Ligas, cinco Copas de Europa, una Copa de España, una Copa Intercontinental, dos Copas Latinas, una Pequeña Copa del Mundo, tres Trofeos Carranza y un Trofeo Benito Villamarín, entre muchos otros títulos. Además, se proclamó cinco veces 'Pichichi' en las temporadas 1953/54, 1955/56, 1956/57, 1957/58 y 1958/59.
Aquel Real Madrid ha pasado a la historia como uno de los mejores equipos de todos los tiempos. En su flamante nuevo estadio, Santiago Bernabéu logró reunir a una generación de futbolistas irrepetibles: Gento, Rial, Kopa, Puskas, Santamaría, Juanito Alonso, Zárraga… Y Di Stéfano, considerado por todos como el líder natural, aunque él rechazaba los elogios y los personalismos, anteponiendo siempre el trabajo del conjunto. Era un futbolista total, ejemplar dentro y fuera de los terrenos de juego. La UEFA le otorgó el Balón de Oro en 1957 y 1959.
Exitos y sinsabores
Aquel Real Madrid ha pasado a la historia como uno de los mejores equipos de todos los tiempos. En su flamante nuevo estadio, Santiago Bernabéu logró reunir a una generación de futbolistas irrepetibles: Gento, Rial, Kopa, Puskas, Santamaría, Juanito Alonso, Zárraga… Y Di Stéfano, considerado por todos como el líder natural, aunque él rechazaba los elogios y los personalismos, anteponiendo siempre el trabajo del conjunto. Era un futbolista total, ejemplar dentro y fuera de los terrenos de juego. La UEFA le otorgó el Balón de Oro en 1957 y 1959.
Exitos y sinsabores
Su carrera, bañada de éxitos, tuvo algunos sinsabores. En el plano extraderportivo, jamás olvidará el secuestro que sufrió en Caracas (1963) por el comando antigubernamental F.A.L.N. En el plano deportivo, siempre lamentó no haber podido disputar ningún Campeonato del Mundo con la Selección Nacional, cuya camiseta defendió en 31 ocasiones.
Fue capitán de la Selección 'Resto del Mundo' en el Centenario de la Federación Inglesa de Fútbol (1963). Su último partido oficial con el Real Madrid fue el 27 de mayo de 1964 en el Prater vienés en la final de la IX Copa de Europa. Tras dos temporadas en el Español, se despidió definitivamente del fútbol en un partido homenaje que disputaron Real Madrid y Celtic de Glasgow en 1966. Esa noche se despojó del brazalete de capitán para entregárselo a Grosso en medio del clamor del público, puesto en pie para despedir del mejor futbolista que había pisado este terreno de juego, el campo más emblemático de Europa.
Fue capitán de la Selección 'Resto del Mundo' en el Centenario de la Federación Inglesa de Fútbol (1963). Su último partido oficial con el Real Madrid fue el 27 de mayo de 1964 en el Prater vienés en la final de la IX Copa de Europa. Tras dos temporadas en el Español, se despidió definitivamente del fútbol en un partido homenaje que disputaron Real Madrid y Celtic de Glasgow en 1966. Esa noche se despojó del brazalete de capitán para entregárselo a Grosso en medio del clamor del público, puesto en pie para despedir del mejor futbolista que había pisado este terreno de juego, el campo más emblemático de Europa.
Trayectoria como entrenador
Una de las grandes virtudes de Alfredo Di Stéfano fue su capacidad de asimilar, para luego transmitir, todos y cada uno de los consejos que le fueron dando cuantas personas, ligadas o no al fútbol, que fueron desfilando por su vida. Sus primeros entrenadores en Argentina (Peucelle y Cesarini) le marcaron la senda del triunfo y le avisaron de las bifurcaciones que conducían al fracaso. En el Real Madrid aprendió que las normas y la buena imagen estaban por encima del triunfo. Después, él escribió, con su ejemplo, unos códigos que se han ido transmitiendo de generación en generación. Gran parte de esta filosofía de sacrificio, trabajo y espíritu ganador se convirtió en consejos deportivos y humanos que tuvo tiempo de enseñar en su etapa como entrenador. Bajo su disciplina desfilaron centenares de jugadores que aún conservan sus enseñanzas en la memoria como su bien más preciado.
En marzo de 1982, dieciséis años después de su despedida del Bernabéu, Di Stéfano firmaba como entrenador de un Real Madrid presidido ya por Luis de Carlos. Tras el Mundial, fue presentado el 20 de julio de 1982 junto a sus ayudantes Juan Santisteban y Jesús Paredes. “Daré al equipo moral, fuerza y maestría”, dijo en su mensaje a los aficionados. Sería un año de records, aunque con sabor agridulce, porque Di Stéfano llevó al equipo a cinco finales y en las cinco quedó subcampeón. La Liga se decidió en el último partido y cayó del lado del Athletic. La Recopa fue para el Aberdeen, la Copa del Rey y la Copa de la Liga para el Barcelona y la Supercopa, para la Real Sociedad.
La temporada siguiente volvió a hacer un claro guiño a la cantera. Siempre apostó por los más jóvenes y contó con jugadores como Agustín, Fraile, Chendo, San José, Martín, Gallego, Bernardo, Isidro, Cholo… Su amor por el Madrid le hacía pensar más en el futuro que en las urgencias del presente. De ahí que, además, fuera dando entrada al equipo, uno a uno, a los jóvenes talentos que más tarde serían conocidos como la 'Quinta del Buitre': Sanchís, Martín Vázquez, Pardeza y Butragueño (Míchel lo haría el año siguiente). Era la semilla de un equipo que encandilaría a Europa en la segunda mitad de la década. Pero las prisas del fútbol, remarcadas la ausencia de títulos (la Liga se la arrebató el Athletic, por golaverage), provocaron la salida de Di Stéfano, que dejó su lugar a Amancio Amaro, entrenador del Castilla con el que se había proclamado campeón de Segunda División. “Las puertas del Club siempre estarán abiertas”, le recordó Luis De Carlos en su despedida.
Se abrirían seis años después, el 21 de noviembre de 1990, cuando regresó provisionalmente al banquillo blanco, formando un triunvirato con Grosso y Camacho. Por entonces era asesor presidencial, y lo hacía atendiendo la necesidad de un Club que había destituido a Toshack. En apenas unos meses transformó la cara del equipo y su apuesta por el fútbol alegre y ofensivo tuvo como premio la Supercopa de España que conquistó frente al Barcelona: 0-1 en el Nou Camp y 4-1 en el Bernabéu, con un inolvidable gol de Aragón a Zubizarreta desde el centro del campo. Meses más tarde, dejaría su puesto a Radomir Antic.
Maestro en otros equipos
Además de al Real Madrid, Di Stéfano dirigió al Elche (1967), Boca Juniors (1968), Rayo Vallecano (1975), Castellón (1976), River Plate (1981) y Valencia (en tres ocasiones). En todos estos equipos dejó el sello de su carácter competitivo, el amor por su trabajo y su espíritu ganador. En todos fue respetado y sigue siendo querido.
Desde el 2000, Alfredo di Stéfano es Presidente de Honor del Real Madrid y vive la actualidad del Club con la misma pasión y entrega que el primer día. Su puerta siempre está abierta. Su voz sigue siendo el faro que ilumina a quienes desean que el Real Madrid siga siendo el mejor equipo del siglo XXI.
Desde el 2000, Alfredo di Stéfano es Presidente de Honor del Real Madrid y vive la actualidad del Club con la misma pasión y entrega que el primer día. Su puerta siempre está abierta. Su voz sigue siendo el faro que ilumina a quienes desean que el Real Madrid siga siendo el mejor equipo del siglo XXI.
Características
Di Stéfano ha sido el mejor jugador de todos los tiempos, el más completo. Atacaba, defendía, lo hacía todo bien. Era un líder dentro y fuera del campo, aunque él, en su modestia, siempre se ha definido como “un jugador de equipo”.
Alfredo Di Stefano | Más perfiles |
Alfredo Estéfano Di Stéfano Laulhé nació el 4 de julio de 1926 en el barrio de Barracas en Buenos Aires. Hijo del emigrante italiano del mismo nombre y de la emigrante francesa Eulalia Lauhle, Alfredo Di Stéfano conoció el fútbol desde muy pequeño como es común para los niños en países latinoamericanos. Su primer debut en el fútbol fue a los siete años en el equipo Unidos y Venceremos. Luego jugó para el Imán hasta los diecisiete años. Allí le llamaban Minellita, por ser muy parecido con José Minella, medio centro del River Plate.
En 1944, formó parte de la Cuarta división del River Plate, debutando el 7 de agosto de ese año jugando contra Huracán. Parar entonces Alfredo Di Stéfano no destacaba entre los demás jugadores en la Cuarta, Tercera y en la Reserva de River.
Su debut oficial en la Primera división fue el 15 de julio de 1945 ante Huracán. Para el Campeonato Nacional de 1946, Di Stéfano fue cedido al Huracán, equipo en el que anotaría diez goles en veinticinco partidos. El 21 de julio de 1946, Di Stéfano marcó su nombre en el tiempo, anotando el gol más rápido de la historia del Campeonato Argentino de Primera División. A los 8 segundos de haber comenzado el partido contra el River Plate marcó el único gol de Huracán, en un partido en el que River ganaría por 3 a 1. En noviembre de 1946, vuelve al River Plate con sólo cuatro partidos para terminarse el campeonato.
Di Stéfano, proclamado máximo goleador con 27 goles en veintinueve partidos de la temporada de 1947, ganó el Campeonato Nacional con River. La Eléctrica, así le llamaban a la delantera de River, estaba integrada por: José Moreno, Hugo Reyes, Alfredo Di Stéfano, Félix Loustau y Angel Labruna. Fue entonces cuando el periodista Roberto Neuberger le apodó la Saeta Rubia.
El campeonato argentino es suspendido por una huelga en agosto de 1948. Di Stéfano participa en el largometraje Con los mismos colores. Muchos jugadores emigran a otros países al recibir mejores ofertas económicas en sus contratos. Di Stéfano aceptaría la propuesta del Millonarios de Bogotá, en Colombia, pese a que River Plate quería venderle al Torino de Turín, que después de un amistoso en Europa en 1949, ya había ojeado al jugador.
Debutó con dos goles en un partido en el que Millonarios goleó al Barranquilla por 5 goles a 0. Di Stéfano anotó un gol contra el Deportivo Cali al final del campeonato colombiano el 4 de diciembre de 1949, en el que Millonarios vencería 3 goles a 2, consiguiendo así el primer título de Millonarios en su historia.
El 5 de enero de 1950 contrae nupcias con Sara Freire, estando de vacaciones en Buenos Aires. El Millonarios sería campeón nuevamente en los años 1951 y 1952, y Di Stéfano nombrado máximo goleador en las dos temporadas. Di Stéfano jugó un total de 294 partidos y anotó 267 goles en los tres años que formó parte de este club. Durante su estancia en Bogotá, nacen sus dos hijas Silvana y Nanette.
Alfredo Di Stéfano llega a España en 1935, uno de los eventos más importantes de su vida deportiva. Deseado simultáneamente por Real Madrid y Barcelona, creó una especie de tormenta en el país, ya que los dos equipos decían contar con los "derechos" de Alfredo Di Stéfano. El caso se llevó a la Delegación Nacional de Deportes, donde se tomó la decisión de que jugara una temporada en cada club. El Barcelona no aceptó esta solución, por lo que pasó a formar parte del Real Madrid con el fichaje del mejor jugador de toda su historia.
Debutó con el Real Madrid con veintiséis años el 23 de septiembre de 1953 contra el Nancy francés, un partido en el que el Real Madrid venció por 4 a 2. Este partido fue el inicio de una trayectoria de muchos triunfos. A nivel nacional obtuvo ocho ligas en las temporadas: 53-54, 54-55, 56-57, 57-58, 60-61, 61-62, 62-63, y 63-64 y además una Copa de España en la temporada del 61-62, consiguiendo así en cinco ocasiones ser el mejor jugador del campeonato español.
El 13 de junio de 1956, el Madrid ganó por 4 goles a 3 la primera final de la Copa de Europa frente al Stade Reims en el estadio del Parque de los Príncipes de París.
El 30 de mayo de 1957 se jugó en Madrid la segunda final de la Copa de Europa en el que el Real Madrid se impuso a la Fiorentina por 2 goles a 0. Di Stéfano se destacó como máximo goleador con 19 tantos en 30 partidos.
Bruselas fue el escenario de la tercera final de la Copa de Europa. El Real Madrid venció al Milán el 28 de mayo de 1958 por 3 goles a 2.
El 3 de junio de 1959 en el Neckardstadion de Stuttgart el Madrid se disputa su cuarta final de la Copa de Europa. Final en la que vence al Stade Reims por 2 goles a 0 y Di Stéfano recibe el Balón de Oro de ese año.
El 18 de mayo de 1960, el Real Madrid disputa su quinta Copa de Europa en el Hampden Park de Glasgow. Derrotó al Eintracht de Francfort por 7 goles a 3 y Di Stéfano estableció el record de máximo goleador de la Copa de Europa con 49 goles en 58 partidos.
La final de la Copa de Europa 1963-64 fue el último partido oficial de Alfredo Di Stéfano con el Real Madrid. Partido que se jugó en el estadio Prater de Viena el 27 de mayo de 1964, con resultado a favor del Inter de Milán por 2 goles a 1.
Di Stéfano regresó al Real Madrid en la temporada de 1982-83 como entrenador pero al contrario de cuando era jugador, el equipo quedó segundo en todos los títulos que disputó. Entrenó al Madrid por una temporada más, pero nuevamente solo logró alcanzar el subcampeonato de la Liga de 1983-84.
Después de su retirada del fútbol como jugador y entrenador, Di Stéfano ha recibido toda clase de homenajes y premios siendo siempre considerado uno de los más brillantes fútbolistas a nivel mundial. La Federación Internacional de Asociaciones de Fútbol (FIFA) le otorgó la Orden de Mérito Futbolístico en 1994, y le designó como uno de los diez mejores jugadores de todos los tiempos, pasando a formar parte del denominado Salón de la Fama en 1998. En 1995, la Agrupación de Veteranos del Real Madrid le eligió presidente. En julio de 2000, fue nombrado presidente de Honor del Real Madrid. El 11 de Noviembre de 2000, Alfredo Di Stéfano recibe del presidente de la FIFA el trofeo de mejor club del siglo XX en reconocimiento a la historia majestuosa y gloriosa del Madrid. Durante el 2002, Di Stéfano ha participado en varias actividades conmemorativas y ha sido merecedor de un homenaje especial por su incalculable aporte al club blanco.
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